martes, septiembre 05, 2006

Barrio (Yungay) y futuro


El concepto de Barrio patrimonial se aplica a lugares de la ciudad que cumplen con una serie de requisitos arquitectónicos, urbanísticos, y por extensión, sociales, en ese orden. Para cada caso se analizan los factores correspondientes y se evalúan las condiciones pasadas, presentes y futuras del edificio, o barrio o sector etc... los requisitos específicos no los conozco, existe una ley para eso, pero los lugares candidatos deben poseer características arquitectónicas, compositivas y de funcionamiento reconocibles para el ciudadano y admiradas y valoradas por todos o por muchos.

En el caso de Yungay, partiendo por su ubicación dentro de la metrópolis, encuentra su reconocimiento patrimonial, primeramente, a través de su arraigo social y luego por su imagen urbana. Normalmente es muy complejo reconocer estos valores de arraigo social, es más fácil distinguir los estilísticos o constructivos. Sin querer, al alterar los lugares, y respetando valores estilísticos, se pueden pasar a llevar valores identitarios sociales desde los muy imperceptibles hasta los más evidentes.

Por esto, el Barrio Yungay puede ver amenazada su existencia, no en el descuido de sus fachadas o su imagen característica, si no que en la debilidad o complejidad del valor de identidad que desarrollan sus habitantes dentro de la estructura urbana-física que les acoge.

Los planes reguladores y seccionales existentes seguro se desarrollan con las mejores intenciones, sin embargo, todos los actores en el funcionamiento y conservación del barrio son muchos más de los que se regulan en estos reglamentos, y siempre se irán sumando otros nuevos. El problema fundamental sería, en mi opinión, la multiplicidad de actores y de ideales que desean influir en desarrollo de esta zona de la ciudad. La gente quiere una cosa, el gobierno quiere otra, la municipalidad, las empresas constructoras, etc...el problema recurrente es que, en estos casos, termina siempre imponiéndose la voluntad del poder económico que beneficia a las empresas constructoras y de paso a las municipalidades con los derechos por construir que se pagan. Son situaciones conocidas y repetidas mil veces.

Siempre van a haber maneras de saltarse las leyes que protegen la identidad de los barrios consolidados o en proceso de, y regularmente, por razones económicas.

En el caso particular de la intervención urbana por medio de edificios de vivienda en altura, se puede hacer este tipo de construcciones de una manera perfectamente armoniosa con el entorno, en cuanto a la forma (colores, proporciones), sin embargo el funcionamiento del barrio representado en el equipamiento, las áreas verdes, las vistas, las relaciones interpersonales, los servicios, etc... se ven alteradas en el aumento de las densidades que éstas acarrean, la necesidad de equipamientos alternativos (estacionamientos, supermercados, etc...), las sombras proyectadas, le mismo peso físico de los edificios, y mil factores imperceptibles más.

Es muy difícil que yo te diga la manera de articular las necesidades de progreso con el respeto a los valores patrimoniales de los barrios como Yungay, sin embargo, observando el comportamiento de las empresas constructoras, se revela una ansiedad desmedida por alterar el perfil de la ciudad, en distintos niveles y escalas, ellas son el primer actor a cuestionar, solo satisfacen su propia necesidad de desarrollo, cuento repetido, para hacer creer a la sociedad que son factor fundamental en el desarrollo del país, o una forma de medir cuánto crecemos, sin importar lo que se destruye en el intento.

La idea, en este caso está más o menos clara, los avances requeridos en este tipo de barrios, necesitan maduración y procedimientos de estudio a través del curso de varios años, tan lentos como el mismo proceso que ha debido realizar el barrio hasta ahora, nadie podría definir el destino de un barrio histórico en un par de semanas o meses, con un proyecto del tipo que sea, las variables son muchas, pero no infinitas, o sea, abarcables, (hay un libro de Christopher Alexander, El modo intemporal de construir, que explica una forma de patrones reconocibles e inalterables para cada lugar), por esto, se deben consultar muchas fuentes participantes, influyentes y decisivas para definir el futuro de este tipo de lugares.